Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) es conocido como el maestro español de la luz.
Pintor valenciano gran admirador de los pintores impresionistas franceses y, al igual que ellos, trabajó directamente en contacto o la naturaleza.
El mar Mediterráneo, su luz y sus colores, fue su entorno predilecto y el fondo de sus pinturas, que presentan escenas cotidianas, niños jugando, pescadores, paseos, etc.
Sorolla utilizaba los contrastes entre colores cálidos y fríos.
Los colores que predominan en su paleta son: blancos, negros, amarillos, anaranjados, rojos, verdes, pardos, violetas y azules.
Los violetas y azules sugieren la fresca brisa del mar, frente a los amarillos y anaranjados que muestran el cálido reflejo de la suave luz del sol.
Los efectos de la luz natural están definidos por amplias pinceladas de blanco pintadas contra los violetas y azules de las sombras, que contrastan fuertemente con los tonos anaranjados de las zonas iluminadas.